HISTORIA DE PINTURAS NERVION

1955 – Fundación de Pinturas Nervión
Don Hilario Ibarrola funda Pinturas Nervión en la Ciudad de México, fabricando lacas y selladores de nitrocelulosa para sombreros de palma. Este es el inicio de una empresa mexicana destinada a crecer con innovación y calidad.

1960s – Nuevos desarrollos y primeras grandes aplicaciones

Se desarrollan esmaltes alquidales y vinilos anticorrosivos para mantenimiento industrial.

En 1962, Nervión introduce las primeras pinturas epóxicas para aviación en México.

En 1968, la empresa participa pintando autobuses de pasajeros, abriendo camino en el sector transporte.

1970s – Expansión al transporte y la aviación

En 1972, el Polyner 75 se convierte en el recubrimiento de los autobuses del Distrito Federal.

Ese mismo producto se vuelve el distintivo acabado de los autobuses escolares color ladrillo, presentes en todo México durante los 70s, 80s y 90s.

Se introducen poliuretanos para aviación, consolidando la presencia en el sector aeronáutico.

Nervión provee recubrimientos a Grupo Modelo (años 60s–90s) y a la flotilla de Bimbo (70s–80s).

1980s – Proveedores nacionales y terremoto de 1985

Nervión se convierte en proveedor de DINA Autobuses (hasta 1989).

También participa con Concarril, la Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril, pintando vagones de tren y metro.

En 1985, el terremoto de la Ciudad de México marca a la familia. José Hilario y su hermana Marijose apoyan en centros de acopio, aprendiendo sobre logística (tarimas, patines, pasillos), conocimientos que después revolucionarían la organización de los almacenes de Nervión.

1982–1990s – Integración familiar

En 1982, José Hilario (“Yayo”) se integra de lleno a la empresa.

Durante los años 90s, se suman las hermanas:

Estrella, a Crédito.

Marijose, a Administración.

Maite, a Ventas.


Finales de 1980s – Innovación en recubrimientos

Lanzamiento de la línea Duretano, primarios de poliuretano monocomponentes de alto desempeño.

Dentro de esta familia se encuentra el Durazinc ZP, certificado en sistemas bajo la ISO 12944.

En 1989, se lanza la línea Duracón con la restauración de las Torres de Satélite, junto con Bayer de México, estableciendo los colores que se mantienen hasta la actualidad.

Finales de 1980s – Primeros pasos digitales

Intentos iniciales con una Atari y luego con una Printaform de dos disqueteras.

Se desarrolla el sistema IFACC y posteriormente el NIFACC, primera red interna de Nervión (con constantes fallas que sirvieron de aprendizaje).

En los 90s, con Armando Maya, se desarrolla el ERP SIÓN.

Llegan el correo electrónico, las videollamadas con NetMeeting e ICQ, y en 1995 el primer sitio web de Nervión.



Finales de 1990s – Calidad y primeras exportaciones

Nervión obtiene certificaciones con CFE y Pemex.


En 1999, logra la certificación ISO 9001, pionera en el sector.


También a finales de los 90s se realiza la primera exportación a Cuba. El embarque de pinturas para aviación sufrió un accidente logístico: la mayoría de las cubetas de plástico se rompieron y la pintura se derramó al abrir el contenedor en Cuba. El seguro cubrió la pérdida y, paradójicamente, los cubanos aprovecharon la pintura y comprobaron la calidad de Nervión, convirtiendo un error en una gran lección de exportación.



2000s – Jubilación de Don Hilario, Yayo inicia como Director general, Expansión y proyectos emblemáticos

En 2001, Nervión firma con Sagola.

En 2002, certifica productos bajo las normas Boeing.

En 2003, participa en el rescate de la Ruta de la Amistad en la Ciudad de México, restaurando esculturas de concreto con la línea Duracón.

Ese mismo periodo, Nervión interviene en esculturas de acero de Sebastián y Yvonne Domenge, en bronce en el Caballito de Carlos IV y en La Minerva de Guadalajara, y en cobre en la cúpula del Monumento a la Revolución.

También en 2003 se pinta la flotilla de Cemex.

2010s – Expansión internacional y restauraciones

En 2014, Nervión exporta a Miami para yates y aviones privados, de la mano de un socio local, Felipe. Aunque el proyecto se vio frustrado por problemas personales del socio, dejó claro que la calidad de Nervión estaba al nivel de las mejores marcas internacionales.

En 2017, el INAH encarga a Nervión la restauración de El Caballito de Carlos IV, dañado en 2013. Se utiliza Polylite 160-DTM, devolviendo la escultura a la ciudadanía.

2010s–actualidad – Nuevos mercados y cultura

Nervión patrocina autos de carreras desde los años 80 hasta 2015, intercambiando pintura por presencia de marca en los coches.

Cada año, Nervión regala Polyner 75 para proteger alebrijes monumentales de papel, permitiendo que se exhiban al menos un año en espacios públicos.

Desde hace más de 10 años, Nervión pinta las antenas de telefonía celular de Sistemex, protegiendo infraestructura crítica para las telecomunicaciones.


En 2017, se incorpora Anamari, fortaleciendo la disciplina de programas como 5S.


2020 – Relevo generacional y pandemia


En 2020, Don Hilario Ibarrola se jubila, cerrando el ciclo del fundador.

Ese mismo año, José Hilario (“Yayo”) asume la Dirección General.

En mayo de 2020, la pandemia de COVID-19 golpea de lleno: tras un brote en la planta, se decide cerrar 15 días completos. La industria de pinturas, considerada esencial, permite la reapertura con estrictos protocolos.

Durante la pandemia se moderniza maquinaria, se implementa home office, se adopta telefonía IP y se usa Workplace de Facebook para comunicación interna. Cuando la plataforma comenzó a cobrar, Nervión decidió crear su propia: We-Keep, probada a fines de 2022 en un difusor Group.

Desde entonces, se integran las herramientas digitales actuales: SIÓN 2.0, CRM, Nervión App con Project Manager, NevIA, intranet, radiofrecuencia, microcursos y videovigilancia.

2024 – Certificación internacional

Nervión certifica varios de sus sistemas bajo la ISO 12944, consolidando su prestigio en protección anticorrosiva a nivel mundial.

2025 – Presencia nacional y tercera generación

Hoy, Nervión cuenta con 9 tiendas propias: Los Cabos, Acapulco Diamante, Acapulco Club de Yates, Celaya, Veracruz, Mérida, Cancún, Playa del Carmen y Guadalajara.

La tercera generación ya forma parte de la empresa:

Javier, hijo de Marijose, ingeniero químico con dos maestrías.

Ana, hija de Anamari, directora de producción.

Fernando Ruiz, hijo de un primo, integrado en el área de planta.

Ellos aseguran la continuidad del legado de Don Hilario, con innovación y compromiso.